martes, 6 de mayo de 2008

Cabezas 08'

Salimos desde el Puerto de Navacerrada, 1860m.
Preparados y con equipaje para pasar tres días de travesía. Mucha ropita de abrigo y fundamental agua. Teóricamente en La Bola se puede coger agua, pero mejor ser previsores, porque en esta ocasión nos encontramos con la trampilla cerrada. Aunque yo soy partidiaria de llevar agua suficiente, también hay que tener presente por si es necesario que entre cabeza menor y mayor, descendiendo apróxmiadamente 30 minutos (hacia el Valle del Noruego), se puede encontrar un manantial.

Poquito a poco fuimos subiendo La Bola, una hora de subida un poco pesada, pero sólo una hora al fin y al cabo.


Contábamos con poder encontrarnos con algo de nieve, aunque en realidad esperábamos más bien algún nevero que otro, y el paisaje con el que nos encontramos tras coronar la Bola (2262m) precioso.




Parada obligatoria a reponer fuerzas. Collado de Valdemartín, 2282 metros.






Por la cantidad de nieve que nos estamos encontrando empezamos a pensar en lo fría que puede ser la noche.


Subiendo a Cabeza Menor. Al fondo se puede ver perfectamente la Bola y la cuerda por la que hemos venido andando.



Coronamos Cabeza Menor (2.373m)


Descendemos desde Cabeza Menor con un paisaje inolvidable. Personalmente me quedo con las ganas de venir a hacer esta travesía en invierno, subir con raquetas y bajar esquiando.

Después de disfrutar del paisaje nevado, llegamos al lugar donde vamos a montar el campamento de nuestra primera noche, entre una cabeza y otra. No podemos dormir en el sitio en el que teníamos intención de quedarnos, ya que está completamente cubierto por la nieve, así que hacemos un reconocimiento del terreno hasta encontrar un sitio resguardado del aire, porque tal y como nos estábamos temiendo la noche se presentaba muy fría.



He de decirlo otra vez, espectacular la vista de Cabeza Menor al atardecer.

Con más frío que hambre, nos lanzamos a por la cena caliente.

Después de pasar una noche realmente fría, la sierra nos recompensa con un amanecer del alta montaña de los que se quedan grabados en la retina.

Es temprano y el día es bastante frío, pero con mucho humor, eso que no falte, nos ponemos en marcha.


Una vez más nos detenemos a mirar atrás, al fondo La Bola.

Al final todo esfuerzo tiene su recompensa, coronamos Cabeza Mayor (2.380m) con menos esfuerzo del que esperábamos, la verdad sea dicha.




Paramos a comer en las Lomas del Pandasco.



A partir de aquí, que iniciamos el descenso hacia el Cancho de los Gavilanes, nuestro paisaje fue cambiando. Fuimos dejando el paisaje de piedra de alta montaña, para ir acercándonos poco a poco al bosque al que llegamos la mañana siguiente.



Estupenda vista de Las Torres.




Por fin un poco de descanso en el Cancho de los Gavilanes (2002 m), lugar en el que pasamos nuestra segunda noche. Esta vez con menos frío que la noche anterior.










Un relajante muscular natural como pocos.













Magnífica vista de Madrid iluminada por la noche.


Al fondo vemos la cuerda que hemos recorrido, Cabezas, Valdemartín, Asómate de Hoyos, Las Lomas del Pandasco...

Tercera y última etapa de nuestra excursión.

Una etapa un poco dura para las rodillas y tobillos. No hacemos otra cosa que bajar durante toda la mañana. Ahora ya ha cambiado del todo nuestro paisaje, nos adentramos por completo en el bosque, hemos llegado desde Navacerrada hasta la Pedriza.











En algunos momentos, cuando el bosque abre un claro, podemos disfrutar de unas preciosas vistas de pedriza, El Pájaro, el Yelmo, la Cueva de la Mora...




¡Por fin!, llegamos a Cantocochino (1027 m)


Y con la estupenda sensación del deber cumplido, nos lanzamos a por los tan deseados huevos firtos acompañados de los "jefes" y de unas frías, frías cervezas, ummmmmmmmm.