lunes, 16 de agosto de 2010

RELATO VIAJE A NEPAL DE LOS "JEFES"

DIA 17 DE MARZO DE 2008 - LUNES

KATMANDÚ / DHULIKHEL

Llegada a Katmandú a las 14:00 hora local después de 12 horas de espera en el aeropuerto. Lo primero que hay que hacer es esperar una cola enorme para conseguir el visado de entrada. Se rellena tres veces el mismo papel a mano, papel que luego se pasa también por tres veces a distintos funcionarios para poner distintos sellos en cada uno. Seguro que nunca lo va a leer nadie, pero eso sí hay que pagar 30 dólares USA.
Hay verdaderas tortas para ayudar a llevar las maletas para conseguir una propinilla de 50 rupias que aquí es una fortuna.
Katmandú caótico.
Los coches circulan por donde hay sitio tocando la bocina sin parar. Los autobuses van completamente llenos por dentro y por fuera, eso sí pintados de muchos colores. Las colas para la gasolina increíbles.
Pasamos Katmandú camino de Dhulikhel. El camino horroroso, un atasco hasta el mismo Dhulikhel.
Aquí hubo un terremoto en 1937, desde entonces las casas están a medio derruir, pero la gente sigue viviendo dentro. El pueblo es encantador, muy pintoresco pero muy, muy pobre.
Nos ha pillado aquí la fiesta HOLI que celebra la llegada de la primavera y consiste en que se echan agua coloreada por encima. La medida puede ser desde un vaso hasta un cubo. No vale enfadarse y si te toca, te toca. Y sí, nos tocó algún remojón pequeño. Parece que esto dura varios días.
El hotel está bastante bien en medida nepalí. Todas las habitaciones tienen una terraza que da justamente hacia el Himalaya, pero las alturas no se han dejado ver, hay mucha niebla. Veremos si mañana tenemos más suerte.


DIA 18 DE MARZO DE 2008- MARTES

DHULIKEL / PANAUTI / BHAKTAPUR / NAGARKOT

Nos hemos levantado a las 6 de la mañana por si acaso se había despejado el Himalaya, pero va a ser que no, aunque en el hotel hace sol la niebla no se ha levantado. Nos vamos viendo en las fotos del hotel el paisaje que podríamos haber visto en vivo y en directo.
Hemos desayunado en el hotel como reyes, en una terraza, en manga corta y al sol, mirando lo que seguro que es el Himalaya, pero no se ha dejado ver.
En el viaje somos cinco viajeros, el guía español y el guía nepalí, pues a desayunar han llegado tres viajeros tarde. That´s life. El careto que se han encontrado supongo que les habrá servido de algo.
Después de desayunar nos hemos montado en nuestro autobús con nuestro conductor propio y ¡ala! a PANAUTI.
Panauti es otro mundo. Nunca había visto una ciudad así. Es un lugar de cremaciones. Afortunadamente hoy no teníamos muerto y no ha habido cremación, pero eso sí, han sacrificado una cabra en uno de los miles de altares que hay en vivo y en directo. Yo no lo he visto, muchas gracias.
Lo de los niños es increíble, se pirrian por hacerse una foto contigo y piden sin parar bombon, pen, dinero, damos de todo menos dinero, por supuesto. Dos chavales muy espabilados nos han pedido que les comprásemos un libro. Querían un diccionario COLLINS nepalí/inglés. Se lo hemos comprado. A lo mejor ya lo han vendido otra vez, pero eran 300 rupias que no es nada, y es que la verdad es que son muy pobres.
He estado hablando con unos chicos más mayores, me han dicho que tenían 18 años. Tan majos me han preguntado que where you come from? Les he explicado que de España y se han interesado mucho sobre cómo vivimos aquí. Al final me han preguntado que qué pensaba de Panauti. Pues que les voy a decir, que era un sitio muy étnico, por no decirles que no había visto en mi vida nada tan pobre.
Seguimos en dirección a Bhaktapur, ciudad patrimonio de la humanidad.

La verdad es que es espectacular. No se puede decir que muy bonita porque la pobreza lo rodea todo y eso es muy duro. Tiene unos templos monumentales preciosos, está llena de tiendas y de niños pidiendo sin parar.
Hemos visitado la casa de la Kumari pero sólo por fuera, como es un lugar sagrado no se puede visitar y un par de soldados con un palo en la mano bastante largo se encargan de recordártelo.
Los soldados parecen de otro país, porque aquí la gente es muy, muy amable y educada, eso sí, muy pobre y estos soldados dan otra pinta diferente.
En general los nepalíes piensan que los españoles tenemos mucho dinero, lo mismo que pensábamos nosotros de los americanos hace unos pocos años.
Hemos comido en un restaurante muy molón, que antes era un templo, es una pagoda. Es muy bonito y hemos comido y bebido como reyes y, por supuesto, por una risa de precio. Aquí todos los precios son una risa
Ya he picado. Me he comprado el símbolo del sonido del principio del universo (OMmmmm….) que mola mucho.
Al final hemos tenido casi huir de los que querían vender, pedir, todo sin parar.
Una abuela más arrugada que una pasa también quería algo. Como no tenía más que un chicle se lo he ofrecido y me ha dicho que sí, y ahí se ha quedado mascando el chicle sin dientes, pero bueno, es gratis.
Otra vez autobús y camino de Nagarkot. La carretera sin comentarios. Los coches pasan por donde hay un hueco, da igual el carril que les corresponda y da igual las curvas de la carretera que, en este caso, son muchas y muy cerradas. Y eso que nosotros vamos dentro de un coche muy decente, no quiero ni imaginar como es para los que van en los techos de los autobuses.
El hotel está un poquito delicado, es más, hace un frío que pela. Se ha puesto a llover muy, muy fuerte y a tronar y a dar unos relámpagos que yo no he visto en mi vida, y es que el Himalaya lo tenemos justo encima.
Nos ha cogido la tormenta justo en un chiringuito donde intentábamos llamar por teléfono. El tejado era de uralita, con lo que, cuando han empezado los relámpagos, era urgente salir de allí, a pesar de que diluviaba. Antes de irnos ha caído un rayo que creo que le ha estropeado la televisión al chiringuitero.
Al llegar al hotel chorreábamos por todas partes y el camino se había llenado de agua.
Hemos pedido sopa para cenar, a ver si nos calentamos un poco.

DIA 19 DE MARZO DE 2008- MIÉRCOLES

NAGARKOT /CHANGU NARAYAN
Hemos hecho una marcha desde el hotel en Nagarkot hasta Changu Narayan, que es un templo hinduista del siglo III d.c.
Primero hemos visto el amanecer sobre el Himalaya. IMPRESIONANTE. Definitivamente es inmenso y eso que, aunque el día es soleado, hay una neblina que no nos deja ver todo. Claro que si lo vemos todo nos morimos del impacto, ¡qué inmensidad!
No hemos podido hacer fotos de todo esto porque ayer se nos rompió la cámara y por aquí no hay nada para comprar, habrá que esperar a llegar a Katmandú.
Desde donde estamos el pico más alto que vemos es DORJE, es un casi 8000 metros, le falta me parece que 10 metros para alcanzarlos. Hemos estado más de una hora mirando sin parar con los prismáticos y es que no nos cansábamos nunca. Con mejor visibilidad podríamos haber visto el SAGARMATA mucho más hacia el este.
Más tarde ha salido el sol del todo y nos hemos sentado en la terraza después de desayunar el clásico fried eggs only one side. Esto es vida.
Pero… hemos tenido que irnos.
Hemos hecho una marcha muy, muy agradable, un camino largo pero muy descansado, a nuestra derecha todo el Himalaya y a la izquierda valles y más valles llenos de cultivos. Por todo el camino mujeres trabajando, niños que van al colegio, piensas que dónde estará el colegio porque a la vista y en muchos kilómetros no se ve nada de nada.
Algún guiri por el camino, pero como nosotros vamos con guía nepalí hemos ido por sitios mucho más auténticos.
Al final de una cuesta hemos ido a dar a un santuario hinduista, lo que nosotros llamaríamos un eremitorio. Allí vive un santón en un templo-vivienda con una planta de marihuana en la puerta. Se llama Babá, así como el de Alí Babá. Nos ha ofrecido te, seguro que lleva marihuana.
Pero lo mejor era el ayudante del santón, un fulano con una falda naranja, una barba hasta el pecho y una pinta de colgado total. Todo muy auténtico y todo bajo la mirada todopoderosa de Shiva, con seis cabezas por lo menos y 8 brazos. Cuantas más cabezas más sabio y cuantos más brazos más poderoso.
Dejamos al santón con sus oraciones y al ayudante con la fabulosa falda naranja y seguimos andando hacia el final. Camino suave, tranquilo, mucho calor. Vamos dando regalos por todo el camino, unos lo agradecen mucho, algunos lo tasan con mirada profesional y piensan que vaya mierda.
Casi en Changu Narayan empezamos a encontrar más gente. Soy literalmente atacada por un colegio de niños de entre 3 y 7 años. Y atacada quiere decir atacada, casi nos caemos todos. No vuelvo a sacar ningún regalo puede resultar peligroso.
Llegamos al templo hinduista de Changu Narayan es del siglo III d.C. y, como todos, es impresionante y diferente.
Otra vez gente pidiendo. Hay una vieja muy simpática que quiere caramelos blandos, a cambio le birla una ofrenda a Shiva y me la regala. Las flores de la ofrenda están de pena, cuando no me ve las mando a paseo y, por si acaso, le pido perdón a Shiva por la irreverencia.
Hay una calle que sube al templo que está llena de tiendas. Cuando digo tiendas hay que entender que no son como las nuestras, más bien son chiringuitos en donde un poco detrás ves la cama donde duermen. Es decir es tienda y vivienda a la vez y el cuarto de baño mejor no pregunto.
Regatean sin parar y piensan que somos ricos. Me intereso por un tapiz y me dicen un precio de mercadillo español, le digo que no y le doy las gracias, pero el tío me persigue, ya le digo que no me gusta y que no lo quiero y le vuelvo a dar las gracias. Seguimos andando hacia el único bar que existe a tomar una Everest, la cerveza de la zona, y cuando llegamos resulta que el tío viene detrás de nosotros corriendo y me lo vende por una miseria. No entienden el no, pero también te hacen sentir mal, pareces una explotadora.
Allí nos esperaba el autobús y seguimos camino a Katmandú. Llegamos a la hora del atasco, aunque me gustaría saber cuál es la que no tiene atasco. Me parece que aquí el atasco está siempre.
El hotel está bien, en medida nepalí. Nos han dado la mejor habitación, que la verdad es que tampoco es para tanto, pero bueno te dan lo mejor que tiene. Comparado con los otros hoteles que hemos estado éste es de lujo.
El barrio donde estamos se llama Thamel y es de locos. Eso sí, puedes comprar todo lo que quieras por poco dinero. Hemos tenido que comprarnos una cámara de fotos, se nos rompió la nuestra. La verdad que hemos comprado una Canon mejor que la que teníamos y por lo menos 150 euros más barata que la nuestra.
Hemos estado conectados a Internet en un chiringo increíble, llenos de cables, prolongas y enchufes que no habíamos visto en la vida. Pero FUNCIONA. La conexión costó 10 rupias, es decir 10 céntimos de euro.
Para cenar compramos algo en una pastelería. Como eran más de las 8 de la noche todo lo que tenían estaba rebajado al 50%, y es que como en Nepal cortan la luz varias veces al día, eso sí no se sabe a que hora, es un misterio, no se puede guardar nada de un día para otro.
Da igual que corten la luz, los puestos de la calle siguen con una vela, no se ve ni cantar, pero, a lo suyo, de echar el cierre nada de nada.
Ahora estamos en el hotel y todavía no han cortado la luz, pero no faltará mucho, mejor no coger el ascensor, que este hotel sí que tiene.
Otro día escribiré sobre los bares que tienen cinco pisos de alto y como suben y bajan los camareros con las bandejas dos millones de veces al día. Curioso país.



DIA 20 DE MARZO DE 2008- JUEVES (Hoy es Jueves Santo en España)

KATMANDU / SWAYAMBUNATH

Hoy nos hemos levantado en el hotel de Katmandú. Como tenemos la habitación más elegante del hotel (aunque aquí el término elegante es muy peculiar) hemos dormido en una cama que parecía una plaza de toros. Eso sí, nos hemos levantado sin luz, a esa hora tocaba, pero, misterios sin resolver, el café del desayuno estaba caliente. Ver si veíamos, porque aquí amanece muy pronto.
Hemos salido andando desde el hotel camino de la estupa de Swayambunath. En el camino nos hemos encontrado con varias “carnicerías” que parecían exactamente eso una gran carnicería, no hay quien lo vea. Consiste en una mesa, parecida a las de camping, puesta en el medio de la calle y ya está. También puede estar la carne puesta en el suelo en un trozo de tela, “encantador” en cualquier caso.
Cruzamos el río de Katmandú que en lugar de agua llevaba basura y, entre la basura, un chaval chapoteaba rebuscando al lado de un cerdo muerto. Muy duro.
Por lo visto la infraestructura del país con respecto a la basura consiste en esperar a que llegue le monzón y se lleve toda la basura hacia la India ¡vaya con la infraestructura! No he visto cosa igual.
El camino de subida hacia la stupa se hace entre coches, bicicletas, motos y rickshaws, todos vamos por el mismo camino y en todas direcciones. En lo que llevo visto de Katmandú no he visto ni una sola acera. Por lo visto no las hacen para que los coches no se suban. Como argumento parece sólido y, aunque parezca mentira, si existe un Ministry of Road, deben estar jugando a la play o estar de coña.
En la subida empiezan a verse muchos tibetanos. Ya habíamos aprendido a saludar en nepalí: NAMASTE y ahora tenemos que aprender a hacerlo en tibetano: THASI DELEK.
Al llegar a la entrada de la stupa te encuentras con unas escaleras a las que no ves el final, y desde la primera hasta la ultima y en los dos lados muchos puestos, unos de artesanía y otros de objetos para el culto, además de los innumerables vendedores que te quieren vender a toda costa un ungüento de ojo de tigre, que, por lo visto, es la purga de Benito.
Le he comprado un colgante a una artesana tibetana que estaba trabajando allí mismo. He visto como trabajaba planchas de un material que parecía piedra. Cuando la mujer me ha pedido 200 rupias y la he regateado a 150 me ha parecido una asquerosidad, pero aquí se regatea y mucho.
Alguna “lista” nos quería vender pulseras de las que vemos en los mercadillos en España por 10 euros. Les decimos que por ese precio en España nos compramos por lo menos 12. Pero es igual, ellos lo intentan, sólo con que cuele una vez les has arreglado el mes.
El templo está lleno de monos que huelen que apestan y que andan corriendo como locos por todas partes o despiojándose. No me tranquilizan mucho pero, son sagrados. Aquí las cosas más inverosímiles son sagradas.
He intentado hacerme un tatuaje con gena con el símbolo del Om pero el artista no tenía prisa y la cosa iba para largo.
Al llegar arriba te encuentras con los ojos de Buda que todo lo ve. Estaba lleno de monjes y novicios chiquititos, chavalines con sus túnicas y las sempiternas chanclas. Aquí todo el mundo va con chanclas.
Hemos dado las tres vueltas que manda el protocolo a un molino de oración que parece la campana de Huesca. La primera vuelta es por el cielo, la segunda por la tierra y la tercera por nosotros. Después hay que dar la vuelta a la stupa creo que 108 veces, pero hemos hecho trampas y solo hemos dado una, eso sí, dando a todos los molinillos de oración. Hemos encendido dos velas, hemos hecho las reverencias de rigor que son tres y nos hemos ido.
Hemos seguido por unas calles, por llamarlas de alguna manera, mientras los monos corrían por todas partes. No mola nada, me parecen peligrosos y llenos de piojos y no se cuantas cosas más.
El objetivo era llegar al monasterio de unos monjes budistas, gente amabilísima. Hemos estado en la sala de meditación y luego hemos asistido a una ceremonia con gong, trompetas y los monjes cantando mantras sin parar. Nos han puesto una alfombra porque hay que sentarse en el suelo.
Yo antes de saber eso, casi meto la pata pero mucho, mucho. Resulta que al entrar en la sala hay unos banquitos muy monos con unos libros también muy monos encima. Mi primera idea ha sido sentarme en los banquitos, pero ¡oh perdición! resulta que los banquitos no son tales, sino que son unos mostradores con libros sagrados, es decir que si se me ocurre poner el culo en el mostrador sagrado nos corren a gorrazos y, lo que es peor, hubiese ofendido mucho a gente muy amable. Lo mejor en esos sitios es no hacer nada de nada, porque por lo menos de un pimiento metes la pata.
Los monjes nos han invitado a un refresco y galletas. Muy majos.
Hemos cogido un taxi para ir hacia Durbar Square y Freak Street. El taxi inenarrable. No comprendo como funciona Katmandú. Tiene un índice de contaminación altísimo. Es lógico los coches son tan viejos que lo único que sueltan es porquería. Eso unido a que las calles en general no están asfaltadas hacen que el polvo que se respira es terrible, muchas veces hay que ponerse un pañuelo en la nariz para poder seguir respirando. Vemos a muchas personas que llevan mascarilla y no son japoneses, no me extraña nada.
Es curioso en un país tan pobre las colas que hay para comprar gasolina, pero claro, es que hay que ver el autobús, llevan gente hasta en el techo. Las motos suelen llevar a la familia entera, bueno a la suegra no la he visto pero no lo descarto.
Freek Street y Durbar Square están llenas de iluminados occidentales que tienen “la fórmula”. Nos hemos encontrado a una madrileña lista que en un momento nos ha aclarado como se arregla el mundo en tres pasos, por supuesto ella los sabía todos ¡qué pesada!
Después más paseo por Katmandú, por unas calles verdaderamente terribles, no veíamos la manera de salir de allí, el estómago dado la vuelta. Hemos vuelto al hotel en rickschaw. En qué hora, toda una aventura. La situación es la siguiente: tú te montas en esa bicicleta que se cae a trozos y así te meten en medio de todo el tráfico, por una calle llena de baches y sin asfaltar, en cada bache te sales literalmente por las orejas o por los lados del artilugio mientras los coches, motos y demás ricshaws te pasan rozándote por todas partes. Desde luego no lo repito. Cuando nos bajamos el conductor nos quiere timar y cobrarnos otro precio distinto del pactado, le mandamos a paseo y le pagamos lo que habíamos acordado. Listos los hay en todas partes.
Cuando hemos llegado al hotel hemos aprovechado para usar Internet, antes del corte reglamentario de luz que, por supuesto, ha llegado con la regularidad que le caracteriza, aunque con el horario que le da la gana, como siempre.
P.D.: Se me olvidaba contar que en Katmandú hay una calle de los dentistas. Consiste en un chiringuito al lado de otro de un aspecto muy dudoso. En los más modernos ponen dientes postizos a la occidental, en los otros adivinar de quién son los montones de dientes que están expuestos en una urna de cristal. Por lo visto el procedimiento consiste en que tu coges un diente y te lo pruebas si te está bien estupendo y si no te cuadra, pues nada, lo vuelves a echar a la urna para el siguiente cliente. Parece que este procedimiento es bastante baratito. Desde hoy mismo paso a cuidarme los dientes como a la niña de mis ojos.




DIA 21 DE MARZO DE 2008- VIERNES

KATHMANDU / CHITWAN

Hoy salimos de viaje hacia la selva. El recorrido es corto, pero hemos tardado 6 horas enteras y verdaderas.
La salida de Katmandú un horror como siempre ¿cómo puede funcionar esta ciudad? Es inexplicable.
Una vez que hemos conseguido salir hemos ingresado en un nuevo atasco por la única autopista asfaltada que tiene Nepal y que va camino de la India por un lado y de Tibet por otro.
Hay que ir bajando continuamente hasta llegar a los 300 metros al nivel del mar. La bajada ha sido increíble. Cuando los camiones se estropean, y son muchos los que se estropean, sencillamente se paran en la carretera y se ponen a arreglarlo en medio. Hemos visto varios accidentes, algunos increíbles, me pregunto cómo y cuándo vendrán a retirar los vehículos. Me parece misión imposible. A lo mejor también están esperando a que llegue el monzón.
La carretera va paralela al río y hay varios anuncios del tipo WATER RESORT o KING WATER RESORT. El resort en cuestión es una cabaña de adobe, así sin más, con dos narices.
Después de seis horas hemos llegado a la selva con un calor como el que suele hacer en cualquier selva que se precie. El hotel está decentito y tiene una piscina estupenda con una escalera de esas que baja al agua bastante curiosa. Consiste en trozos de cañería que les habrán sobrado de alguna instalación unidos. Lo que digo, curiosa, aquí no se tira nada.
A las tres de la tarde bañito piscinil y poquito de siesta en hamaca con flores por todas partes.
Nos hemos ido andando hacia la aldea SAURAHA. Es una aldea llena de casas de adobe muy pobres. Aunque parece que con el turismo podrán ir saliendo adelante, pero será dentro de mucho tiempo.
Hemos parado en un chiringo a tomar algo y el dueño ha cogido su bicicleta y se ha ido a coger naranjas al huertito para hacernos un zumo ¡qué majo!.
Mientras estábamos allí he visto dos cosas curiosas. Primera un “iluminado” de los de Nepal, deben ser de los que se han quedado colgados desde los tiempos hippies, y segunda, los elefantes paseando por la calle tranquilamente entre las bicicletas. Son enormes. Mañana tengo que subir a uno, espero que esté de buen genio.
Por cierto, el camino desde el hotel está lleno de marihuana a los dos lados de la carretera. Aquí la gente la coge si quiere igual que en España están los espárragos trigueros.
Hoy es el día más importante de la fiesta HOLI y nos han tirado muchas veces agua, la peor ha sido cuando el agua estaba teñida de rojo. Por un pelo nos hemos salvados. Ya estoy del HOLI hasta las narices, llevan tres días tirando agua sin parar a todo lo que se menea. Creo que mañana puede ser peor porque es sábado, a lo peor no podemos ni acercarnos a la aldea, porque nos ven tan blanquitos que somos un blanco perfecto y nos brean,
A las 7 de la tarde el corte reglamentario de luz, cena a la luz de las velas. Ahora son las 10 y ya ha venido la luz pero lo mismo la vuelven a cortar dentro de un rato.
La verdad es que mientras escribo hay un montón de ruiditos ahí fuera, hay algo que supongo que será un pájaro que está venga a dar porrazos a la ventana del baño.
La selva es muy misteriosa.

DIA 22 DE MARZO DE 2008- SÁBADO

CHITWAN

Hemos pasado todo el día en la selva. Es diferente. Mucho calor.
Por la mañana hemos estado paseando en canoa por el río. La canoa es una sola pieza del tronco de un árbol. Muchos pájaros volando y pavos reales, pero a éstos sólo los oíamos no se han dejado ver. Bastante cocodrilos en las orillas algunos de tamaño más que familiar.
No quiero ni pensar en la posibilidad de que vuelque la canoa. Nos han llevado por el río hasta coger un camino por la selva, aunque dicen que es muy difícil ver a los tigres yo no me fío ni un pelo.
El paseo por la selva acaba en el comedero de elefantes que es donde están las mamás con las crías. Las crías son juguetonas y les encantan los caramelos.
Después hemos ido al baño de los elefantes. Es muy vistoso, el elefante se revuelve en el agua sin parar. Dicen que si quieres te puedes bañar con el elefante, pero no lo veo ni medio claro por el tamaño del individuo y por el color del río. Mejor otro día.
Más tarde un poquito de piscina, el agua estaba estupenda, lujazo bañarse en una piscina en la selva.
Después de comer paseo en elefante. Teníamos la cita con nuestra elefanta particular, llamada Margarita, a las tres y media, que es una hora en la selva muy oportuna para pasear en elefante ¡qué calor! El paseo dura dos hora, pero es que si dura cinco minutos más me parto en trozos.
Hemos visto pavos reales, zorros, rinocerontes y ciervos, a estos les auguro una corta vida con los tigres por ahí cerca.
Cada vez que había una cuesta la Margarita parecía que se despeñaba y la cesta en la que íbamos también. Lo peor ha sido cuando nuestro conductor se ha bajado del elefante para hacer pis. Como estábamos cerca del río, con sus correspondientes cocodrilos, la elefantita se ha puesto a andar por libre, y lo peor de todo es que no sabíamos si se iba a echar al agua a revolcarse, en cuyo caso nos hubiese partido por lo menos las dos piernas. Ha sido un momento muy delicadito, porque la verdad es que un elefante sin conductor no mola nada.
Después de un buen rato y cuando ya estábamos en medio del río ha aparecido el conductor abrochándose la bragueta. Para llegar a donde estábamos ha tenido que venir montado en otro elefante y pasarse al nuestro, eso sí tan tranquilo.
Cuando hemos acabado el paseo elefantil nos hemos ido hacia la aldea para ver si podíamos hablar por teléfono y lo hemos conseguido en un chiringo de barro, pero mira por donde tenían teléfono para llamadas internacionales.
Les hemos comprado agua y cerveza y, mientras esperábamos el turno para el teléfono, nos han sacado sillas para todos, son amables hasta decir basta. La mujer era guapísima, nos ha presentado a su marido y a su hijo y se ha agregado otra pareja que probablemente eran los abuelos. Se interesan mucho por todo, nos han preguntado por nuestra familia qué cuantos hijos tengo, que qué guapo es mi marido, etc. Me ha dado pena tenerme que ir, me hubiese quedado de conversación mucho más tiempo.
Como era fiesta HOLI las niñas de la casa me han pintado la cara de rojo, ¡qué majas! luego las he tenido que pintar yo a ellas.
Antes de cenar hemos tenido unos bailes curiosos.

DIA 23 DE MARZO DE 2008- DOMINGO

CHITWAN / BANDIPUR

Nos vamos de Chitwan y hemos dejado en la habitación unos regalitos para la persona que limpia. No sé si le llegará a ella porque el portamaletas ya lo ha visto. La verdad es que cualquiera que se lo quede le vendrá estupendamente.
Aunque el viaje es corto hemos echado varias horas. Al final hemos llegado a mediodía a BANDIPUR.
Es una aldea enfrente del Himalaya, pero el Himalaya estaba detrás de las nubes.
Bandipur tiene varios paseos muy agradables. En uno de ellos hemos encontrado un árbol sagrado de Buda, es un ficus y éste concretamente era enorme. Se dice que Buda recibió la iluminación debajo de un ficus y cuando acabó de dar su mensaje cerró la boca y no volvió a decir nada, por eso se le representa sin boca, con los dos ojos, el tercer ojo y la nariz que es el número nueve, pero que en realidad es el número uno, principio de todas las cosas.
Me encanta la representación de Buda nada sanguilonienta.
Las personas que van en nuestro grupo son medio budistas y han insistido en que abrazásemos el Ficus entre todos para conseguir su energía, me parece una gran tontería, pero bueno tampoco cuesta nada darse la mano.
En el paseo hemos encontrado, como no, gente viviendo en chozas miserables, pero muy educaditos. Una niña que cuidaba cabras nos ha caído especialmente bien. Entre todos le hemos comprado el uniforme del colegio, bragas, calcetines y hemos hecho una compra para su madre de productos básicos que le hemos arreglado el mes.
Al final de la tarde como llovía a mares, teníamos encima otra tormenta de las del Himalaya, les hemos regalado nuestras capas de agua para que se pudiesen ir a su casa. Si nos cae otra chupa de agua a partir de ahora veremos como nos las apañamos.
No ha parado de llover en toda la noche con truenos y relámpagos. La verdad es que la casa nepalí típica la veo un poco ventilada de más para el mal tiempo ¿cómo estarán en las casitas de adobe con este tormentón?

DIA 24 DE MARZO DE 2008- LUNES

BANDIPUR / POKHARA
Al marcharnos hemos decidido visitar unas cuevas que hay por la zona. Hemos contratado un guía en el pueblo. El precio del guía depende de si él lleva la linterna o si la llevas tú. Nosotros que somos viajeros avezados llevábamos nuestra propia linterna, of course. Además hemos elegido sobre seguro porque no nos fiamos nada de la linterna del señorito, seguro que cuando la encienda no tiene pilas
Hemos llegado al principio de la subida hemos mirado para arriba y nos ha dado la risa. El guía dice que es media hora, pero claro a su paso y con sus chanclas. Casi nos deja sin resuello. Efectivamente hemos subido en 30 minutos de reloj, pero creo que voy a necesitar una semana para que el corazón vuelva a su sitio.
No voy a entrar en la cueva porque no se ve ni medio bien y no me apetece meterme un castañazo. Bastante tengo con pensar desde aquí, donde estoy sentada, en como voy a hacer para bajar esta puta montaña. Subirla ha sido dura pero bajarla no me congratula nada, nada.
El chico que vende las entradas ha venido a hablar conmigo y a enseñarme fotos de su familia. Les encantan las fotos. El chaval sube aquí todos los días a las 8 de la mañana y se baja a las cinco de la tarde, haga frío o calor. La verdad es que no me puedo imaginar subir o bajar esta montaña con mal tiempo.
Por fin hemos bajado y a media mañana hemos seguido el camino hacia Pokhara. Son solamente unos 70 kilómetros pero nos llevará por lo menos tres horas recorrerlos.
Finalmente Pokhara, la ciudad de los Annapurnas y el lago Phewa y, por supuesto, del monte sagrado el MACHAPUCHRE. De Annapurnas nada de nada, ora vez nublado y tormenta del Himalaya.
Hemos ido a comer bajo una lluvia de justicia. Todo el mundo dice que el monzón se va a adelantar este año. Espero que se retrase cuatro o cinco días, que tampoco es mucho pedir, porque no molaría nada estar aquí con el monzón.
Como el tiempo es malo nos hemos dedicado a arrasar las tiendas y a comprar prendas deportivas a precio de risa, claro que son falsificadas, pero no se notan y dan el pego.
El lago es muy grande pero no hemos podido navegarlo porque llovía mucho.
Para descansar hemos ido a tomar un zumo a un sitio donde te exprimen la fruta que tu eliges en el momento. Lo malo es que hemos preguntado por la toilet , y a la toilet se pasaba a través de una habitación de la casa donde estaba la abuela en la cama viendo la tele y desde allí se llega al típico agujero maloliente. El zumo nos ha sabido un poco peor.
Retirada al hotel que está muy bien y descansaremos, dormiremos y nos lavaremos como nos gusta.
Hasta mañana, namaste




DIA 25 DE MARZO DE 2008- MARTES

POKHARA

Nos hemos levantado a las seis de la mañana y ¡oh milagro! Los Annapurnas enfrente. El que más se ve aunque no es el más alto es el Machapuchre, toda la cadena es impresionante.
Con los prismáticos nos hemos subido a la terraza del hotel y nos hemos cansado de ver los Annapurnas. Es una barrera de tal tamaño que no te lo puedes creer. Con el sol saliendo es una visión, me parece que me voy a hacer budista. OMmmmmmm
Después desayunito y marcha hacia el campamento de refugiados tibetanos y cascada Davis. En el campamento dejaremos los pocos regalos que nos quedan.
El camino hacia el campamento bordea el lago Phewa, con lo que la vista era siempre estupenda. Desde aquí no veíamos el Annapurna I que es el de los 8 mil y pico, pero siempre vemos el Machapuchre y el Annapurna IV, un espectáculo en cualquier caso.
La llegada al campamento increíble, se deben pensar que somos Papa Noel o como se llame por aquí. Hemos intentado comprar algo en todos los puestos, pero es imposible. Nos piden ropa que necesitan para cuando volvamos otra vez, nos dicen las edades de sus hijos. Una mujer incluso me apunta en un papel su nombre y donde vive para que no se me olvide. Le compro una pulsera y le regateo, como es de rigor 50 rupias, es decir 50 céntimos de euro. La mujer luego me regala otra pulsera. Me encuentro como un capitalista negociando un convenio colectivo. ¡porca miseria!
Hemos visitado la cascada Davis, debe ser impresionante en época de lluvia, ahora llevaba poca agua.
Al llegar al campamento hemos visitado la casa de unos refugiados. Estaba bastante bien, parece ser que unos holandeses han financiado la restauración del poblado y ha quedado muy decente.
La señora de la casa es una abuela tibetana. Es una mujer impresionante, las tibetanas son muy elegantes, tienen una gran dignidad. Nos podemos entender poco con ella sólo habla tibetano. Nos entendemos con su hijo y con sus nietas que son ahijadas de nuestro guía español. Tan amable nos hace sentarnos y nos saca fanta y una caja de galletas, mientras sigue cuidando de su puchero.
También hemos visitado un taller donde las mujeres tibetanas hacen alfombras. Nos han invitado a sentarnos y nos han enseñado como trabajan. Una alfombra pequeña lleva cuatro días de 8 horas de trabajo por día.
No les hemos podido dar nada de regalo porque ya no nos quedaba nada. Por más cosas que traigas nunca es suficiente.
Esta tarde vamos a ir a ver a un lama para que nos de nombre. Veremos cuál nos pone.
Ya tenemos nombre. La ceremonia consiste en visitar a un lama Rimponché, tú le das una “cata” que es una bufanda blanca y luego el te la pone en el cuello, te pone también un cordón rojo bendecido por el Dalai Lama, te mira un poquito y entonces le viene la inspiración y te pone nombre, que es lo que él percibe de ti.
El de Juanca es: Tenzin Thokmey y el mío Tenzin Youdon.

DIA 26 DE MARZO DE 2008- MIÉRCOLES

POKHARA

Con el coche hemos subido a Sangakort y desde allí vamos a ir andando a Naudanda. Son 17 kms. muy agradables con los Annapurnas a nuestra derecha y el lago Phewa allí muy abajo y a la izquierda. El calor muy fuerte, pero merece la pena. En un mirador hacia el Himalaya hay una pequeña población en la que todos quieren que compremos algo . Allí mismo están tejiendo, pero es que no se puede comprar todo y a todos.
Durante todo el camino seguimos pasando por pueblitos muy pobres. Parece ser que esta es una ruta para subir a los Annapurnas y los niños ya piden dinero directamente, se ve que por aquí pasa mucha más gente.
Hemos parado al mediodía a tomar algo en un lugar que se denominaba a sí mismo restaurante. Sin comentarios. La gente amabilísima, pero los vasos como no los había visto en mi vida. No se podía pedir nada de comer porque aquí el agua no está tratada y aunque les venga directita del Himalaya la cagalera es segura. Nos hemos decidido por un huevo cocido que parece que no tiene peligro, ya veremos.
Nos han dejado su teléfono móvil (por aquí todo el mundo lo tiene y menos mal) para llamar al guía que se había quedado más atrás con dos personas de esas que siempre hay en todos los grupos y que están agotadas, o no pueden más o cosas así de latosas. No nos han cobrado nada por la llamada, son muy amables y generosos.
Finalmente hemos llegado a Naudanda. El conductor del coche no se había enterado de donde nos tenía que recoger y allí estábamos sin coche, yo ya me veía andando hasta Pokhara de vuelta.
Para esperarle nos hemos metido en una sombra e inmediatamente los refugiados tibetanos quieren que les compremos más cosas. No compramos nada, ya es imposible, pero hemos estado hablando con ellos sobre el Tibet, están muy preocupados.
La verdad es que los tibetanos lo tienen ahora muy negro aquí en Nepal. Por un lado están los chinos metidos en Tibet con mano muy, muy dura. Aquí llegan todos los días a través de los montañas, de estas montañas que no son ninguna guasa, son tremendas. Y, por otro lado, ahora va a haber elecciones en Nepal y parece que el grupo que es más fuerte es el partido maoísta. Con lo que los tibetanos lo podrían tener crudo.
Por fin llega el conductor con cara de despiste.

DIA 27 DE MARZO DE 2008- JUEVES

POKHARA / KATHMANDÚ
Otra vez nos hemos levantado temprano para nuestra cita con los Annapurnas. A las seis de la mañana ya estamos con los prismáticos en la terraza del hotel. Ahí están otra vez. Se veían estupendamente, como todos estos días.
Más tarde y después del desayunito con su fried egg only one side nos hemos ido a navegar por el lago Phewa. Nos ha tocado un barquero muy simpático que nos ha cantado una canción muy típica de la zona Remsha Firiri. El paisaje precioso con todos los picos reflejándose en el agua ¡DIVINO!.
Toca volver a Katmandú por la carretera del infierno, que es la única que existe en este país. Hemos parado a medio camino a comer. Hace mucho calor. El sitio es muy agradable y fresco hemos comido el consabido pollo con arroz y verdura.
Después nos hemos cruzado a la aldea de enfrente por un puente inenarrable que cruza un río bastante grande y bastante por debajo de nosotros.
Al otro lado hay una aldea que parece que vive en otro milenio, casi no saludan ni al namaste, cosa insólita. Hablan poco, y es que viven en condiciones muy malas. Pero ¡oh misterio! Aquí una pareja de franceses que se dedican a un negocio de rafting por el río y se han hecho una casa que no te lo puedes imaginar, tiene hasta jacuzzi, lo que no se es si funciona porque parece que no hay luz por aquí, tendrán un generador o algo así.
Otra vez de vuelta a la carretera del infierno camino de Katmandú. Estamos a 100 kilómetros y nos llevará muchísimas horas llegar.
La carretera, como siempre, llena de coches averiados a los dos lados, los señalan con piedras o con ramas. Si la avería es muy grande es con ramas y según como están de secas te puedes hacer una idea de los días que llevan el coche averiado en el medio del tráfico.
No puedo imaginar como será conducir por aquí de noche, toda una aventura, quizá la última.
Cuando ya estamos en Katmandú dando palmas con las orejas se forma un atasco de los que aquí son normales que nos cuesta dos horas y media de reloj para poder entrar en la ciudad. Llegamos al hotel a las 9 de la noche muertos de calor, de cansancio y de sed.
Katmandú no hay quien lo aguante.

DIA 28 DE MARZO DE 2008 - VIERNES

VUELO AL EVEREST / PATAN

Hoy tenemos una cita ineludible. Nos hemos tenido que levantar muy temprano, tenemos hora para volar a ver el Everest, desde ahora en adelante le llamaré SAGARMATA que es su verdadero nombre en nepalí, y CHOMOLUNGA en tibetano.
Nuestra hora es a las siete y media, pero eso es hora nepalí, es decir salimos exactamente dos horas después. Ya estoy cogiendo mucha experiencia en eso de esperar en los aeropuertos. Incluso estando ya con los motores en marcha el piloto para el avión y nos dice que saldremos en un ratito y que no nos preocupemos que las montañas es seguro que están ahí arriba. Ya veremos.
Por fin despegamos, parece increíble que vayamos a ver nada. Katmandú tiene encima, como siempre la boina de calima y contaminación.
Pero, subimos, subimos y por fin estamos encima de las nubes y ahí está la enorme cordillera toda blanca con unos cuantos ocho miles a la vista y unos cuantos siete miles y seis miles que no son de despreciar.
El piloto enfila directito al SAGARMATA y allí está enorme, solo, está un poco separado de los demás y hoy tiene una pequeña nube encima, como una corona, con lo que no tiene pérdida. El LOGHTSE un poco delante de la diosa.
¡Por fin! Es una visión estupenda, enorme, blanca y muy emocionante. Después de toda la vida viendo documentales, leyendo libros, viendo fotos, etc., etc. tenerlo ahí tan cerca. Se nos ponen los ojos llorosos de la emoción, y no es para menos.
El avión se mueve bastante, debe ser porque es muy pequeño, parece del Pin y Pon. Pero, ha hecho muy bien su trabajo nos ha llevado a lo más alto de la tierra.
Ojalá podamos volver otra vez para verlo, mientras tanto varias toneladas de fotos y las imágenes almacenadas en la retina o donde quieran que se queden para siempre.
Gracias SAGARMATA.
Vuelta a la tierra, aunque solo con los pies, la cabeza se ha quedado en otro sitio, con la diosa.
Tenemos que ir a las oficinas de la línea aérea a reconfirmar los billetes de vuelta. La oficina sorprendente, es una oficina como todas a las que estamos acostumbrados, organizada, con asientos, aire acondicionado, empleados perfectamente uniformados. Parece mentira lo que puede separar una puerta. A un lado el Katmandú profundo y al otro occidente, tal y como lo conocemos.
Tenemos que esperar, hay mucha gente, pero sin problemas, en el colmo de la comodidad incluso hay una máquina que da el número de turno ¡qué lujo!.
Hay un detalle muy feo a los nepalíes no los dejan entrar, los dejan en la calle esperando, a los occidentales nos tienen sentados con aire acondicionado y sillas.
Por la tarde hemos ido a Patan, una ciudad medieval con sus pagodas y sus templos budistas muy vistosos como todos. Hemos visitado el Golden Temple, realmente vistoso y lleno de oro.
Hemos comido en un restaurante cuco el típico arroz con pollo y verduras, es lo que hay, ya nos sale el pollo por los ojos.
Por la tarde a Kirtipur, otra ciudad medieval además de ciudad universitaria. Nada que ver con lo que nosotros entendemos como un campus universitario, son recintos un poquitín mejores que los demás, pero muy poco.
En Kirtipur tienen un estanque que se supone que es un adorno, pero aunque lo quitasen no pasaba nada, es un puro fango. En este país está todo por hacer.
Hemos vuelto a Katmandú ya de noche, claro que aquí se hace de noche a las seis de la tarde. Hemos dado una vueltecita por Thamel para comprar algún regalo de última hora y a dormir prontito que estamos molidos.




DIA 29 DE MARZO DE 2008 - SÁBADO

PASSUPATINATH / BOUDANATH

Passupatinath resulta ser un sitio de cremaciones, así, puro y duro. Lo bordea un río sagrado el Bagsmati, inenarrable como está el río, no sé si cuando venga el monzón mejorará. Ahora mismo es un fango gris por donde se pasean niños buscando dientes bien de oro o de los normales de los muertos que han quemado y cuyas cenizas tiran al río. De aquí es de donde salen los dientes que luego venden en Katmandú.
Cuando hemos llegado había una cremación en marcha. Después han llegado tres cadáveres más envueltos en telas de color amarillo anaranjado. El rito es muy largo, primero acercan el cadáver al río y allí un familiar le moja con agua del río, y también se la echa por la boca, luego hacen ofrendas en el río fangoso y después se procede a la cremación que dura 5 ó 6 horas. El cadáver tiene que quedar completamente reducido a cenizas para que la reencarnación sea mejor.
Lo hemos visto desde la otra orilla del río porque la de las cremaciones es sólo para los familiares. Es un templo hinduista al que está prohibido pasar y además tiene al lado un edificio bastante grande donde llevan a morir a la gente cuando ya está desahuciada por el médico, para que ya están allí cerca del río sagrado.
El espectáculo es duro y el olor insoportable, eso unido a los niños metidos en el río-fango se hace un espectáculo muy duro.
Al decorado hay que añadir unos santones, unos son verdaderos y otros turísticos, pero da igual, es lo nunca visto. Viven dentro de los chortens (son monumentos donde se guardan algunas cenizas) en unas condiciones que no te puedes imaginar. Muy extraño todo, los familiares llorando a sus muertos y los turistas y nepalíes ociosos viendo el espectáculo desde la otra orilla, además de los sempiternos vendedores de collares, flautas, budas y demás que están por todo Nepal.
Nos vamos de Passupatinath con el estómago un poco del revés y andando por el Katmandú profundo, para terminarlo de arreglar. Llegamos a Boudanath. El camino horroroso. Todo lo que sea intentar ir andando por Karthmandú es imposible, el polvo te ahoga literalmente y los coches, motos, bicicletas, rickshaws y peatones van directamente a por ti. Esto es la guerra. No he conocido una ciudad más estresante que ésta.
Llegamos a Boudanath a las 11 de la mañana pero el calor parece de las tres de la tarde.
Boudanath es una ciudad pegada a Katmandú de tibetanos. Por lo menos dentro del recinto no hay esa locura de coches y gente.
La estupa es muy bonita y además se puede visitar con más tranquilidad al haber menos gente. El sol reflejándose en las paredes blancas de la estupa es insoportable.
Por fin llega la hora de comer y encontramos un restaurante con una estupenda terraza con sus sombrillas y una cerveza bien fresquita ¡qué gusto!


Por la tarde hemos visitado el centro budista de KOPAN, no me ha gustado nada. Parece ser que es un centro de estudios budistas de mucho prestigio internacional. Me ha recordado a Torre Ciudad. A la hora de cerrar ha llegado un segurata a la nepalí con un palo bastante hermoso y a gritos y moviendo el palo nos ha desalojado a todos cagando leches. Lo dicho, un asco de sitio.
Vuelta al Katmandú del infierno y por la noche hemos ido a cenar a un restaurante bastante majo tailandés, menos mal que estaba muy cerca del hotel, porque ya el paseo sin luz por Katmandú es “pa nota”. La cena ha estado muy simpática y a la luz de las velas por el apagón.

DIA 30 DE MARZO DE 2008 - DOMINGO

KATMANDÚ / COMIDA EN CASA DE RAJENDRA

Hoy hemos saboreado la auténtica hospitalidad nepalí. Ha sido muy, muy agradable.
Por la mañana mientras hacíamos tiempo a que Raj viniese a buscarnos nos hemos ido de paseo por Katmandú. Lo de paseo es un eufemismo en Katmandú no se pasea nunca.
Hemos ido hacia el mercado de Katmandú. Es territorio nepalí, ni un turista. Como siempre demasiados olores y demasiada suciedad. Auténtico, desde luego muy auténtico, pero también un poco duro. Hemos pasado por la calle de los dentistas con sus escaparates llenos de dientes que ahora ya sabemos de donde los sacan.
Salimos de este mundo tan distinto y nos acercamos otra vez hacia Thamel. Quedamos con Raj en encontrarnos en el hotel VAJRA, es un oasis en medio de este caos. El hotel es estupendo, lo que ocurre es que en cuanto pones un pie en la calle estás otra vez en el auténtico Katmandú.
Llega Raj y vamos hacia su casa. Vive en un barrio mucho más tranquilo y en una casa estupenda. Da gusto ver a una familia nepalí viviendo bien, con una casa con cocina, baño, mesas sillas y hasta un equipo de música, que Raj, tan amable, aprovecha para ponernos música occidental de los años setenta.
Ha sido una comida deliciosa. La mujer es guapísima y ha cocinado sin parar para nosotros, le ayudaba su hermana, una chavala más guapa todavía de quince años. Ellas sólo se han sentado a los postres, mientras tanto cocinando sin parar.
Han sido amables hasta un extremo extraordinario. Es un recuerdo muy, muy agradable de la hospitalidad nepalí. Hasta han comprado una botella de aceite de oliva que aquí está a precio de oro ¡qué detalle!.
Hemos vuelto andando hasta el hotel y ya sólo nos quedaba por hacer las maletas. Ya están hechas y todo preparado para salir mañana a las seis de la mañana en dirección al aeropuerto.



Ahora estoy sentada en el jardín del hotel con uno de esos apagones típicos de Nepal.
Ojalá que las elecciones del día 10 de abril les traigan un soplo de aire fresco para que este país puede ir hacia delante. Su gente se lo merece.
Bye, bye Nepal.



En Katmandú el día 30 de marzo de 2008


OM MANI PADME HUM

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola!

Creo que no me equivoco, si el nombre de los jefes es Juan Carlos y Merche,no???
Si es asi, darles recuerdos de Vanessa, de Huesca, estuvimos juntos en el viaje de India y Sikkim.
Quizas nos cruzemos en octubre por Nepal!
Un saludo!